jueves, 5 de mayo de 2022

Continúa la historia...

 Como parte de las acciones con motivo del Día Internacional del Libro propusimos esta actividad titulada "Continúa la historia", donde a partir de un principio escrito por nuestro profesor de inglés y escritor Christian Santana pudimos continuar la historia. Participó toda la comunidad educativa y tendrán premio las mejores aportaciones.


LA FOSA”

Acababa de terminar mi examen y levanté la cabeza del papel. Casi todos seguían enfrascados en las preguntas. Una prueba tipo test en la que te quitan puntos si fallas obliga a una mayor atención. Y es que el mundo está lleno de confiados que mordieron el polvo a punto de llegar a la meta. En parte también porque, sin humildad, no somos más que títeres en este gran y hermoso teatro que es la vida. En cualquier caso, había terminado y lo había revisado todo, punto por punto, más de tres veces. Así que miré a todas partes. Me encanta estar atento hasta en el menor de los detalles. Todo enseña, todo aporta. Tanto que no me conformé con aquellas cuatro paredes y terminé por girar el cuello hasta detenerme en el exterior, concretamente, en la cancha deportiva. De este modo pude distinguir la lluvia golpeando suavemente contra la ventana de mi clase en el IES Los Tarahales. Primero lo hizo con timidez, como si pidiera permiso. Sin embargo, poco a poco, ganó en seguridad y se propuso traspasar el cristal con la valentía y convicción de un ejército que intenta derrumbar un muro por muy infranqueable que sea.

(Christian Santana Hernández, profesor de inglés).


Sentí unas frías gotas chocando contra mi nuca, en mi opinión, tener que dejar las ventanas abiertas en estas condiciones era odioso. Cada vez mis compañeros hablaban más alto, pero yo permanecí en silencio, tratando de escuchar los lamentos del cielo.

(Yaiza Nancy Martín Gaillaert, 4º ESO C)


El profesor recogió los exámenes una vez que tocó la sirena. Pasaron todas las demás clases, fueron muy tranquilas, pero yo seguía nervioso y había empezado a pensar que tenía parte del examen mal y que me bajaría muchos puntos, pero bueno lo hecho, hecho está.

Casi saliendo de instituto me encontré con el profesor que había hecho el examen y le pregunté que si podría tener los exámenes para la próxima semana a lo que me respondió que sería lo más probable, que éramos unos de los pocos grupos que iban tan avanzados y que había hecho el examen.

Llegué a casa y lo primero que quería hacer era comer, pero vi mi libro favorito sobre la mesa y me dieron ganas de ponerme a leer, así que comí como una bala y me senté en el sofá a leer, no me acuerdo hasta que hora estuve, pero sé que estuve mucho tiempo hasta que entraron mis padres por la puerta.

(Aroa García García, 2º ESO D)


Venían hablando de mi hermano mayor, al parecer el segundo pago de su matrícula en la universidad había caducado

(Katya García Dguez., Profesora de EUP).


Mi hermano estaba triste porque se había esforzado e intentado superarse, pero vio que sus esfuerzos fueron en vano, yo lo admiro por cómo ve que no se rinde a pesar de los impedimentos de la vida, pero bueno, así es el mundo de los mayores...

Tras recibir la triste noticia, me fui a repasar los contenidos de clase que vimos hoy, hice un par de esquemas y, tras ello, me fui a seguir con la plácida lectura de mi libro, cuando desde el pasillo de mi casa vi la sombra de un corpulento hombre, se ve que no sintió mi presencia. Fui de forma rápida a cerrar la puerta de mi habitación para llamar al 112 (Urgencias). Una vez ya marcado, una mano me coge por detrás, me ata las manos a la espalda y me pone un paño de cloroformo en la nariz y me dormí lentamente...

Desperté en una habitación oscura con una cuerda en la boca, atado con cadenas a una silla. De repente, se oyen pasos y una puerta se abre. Vislumbré vagamente, la sombra del mismo hombre que vi en mi casa. Caminaba lentamente, como si algo se lo impidiera:

- ¿Qué... hago... aquí?

- Lo descubrirás cuando te llevemos a “La Fosa”.

Me sentía cansado, y sobre todo con mucho miedo por eso de “La Fosa”.

Las próximas horas fueron las peores de mi vida...

(Iván Duque Acosta, 1º ESO C).


Me hicieron preguntas sobre una mujer que no conocía llamada María del Pino Rodríguez, preguntas como: de qué la conozco, cuándo la conocí o cuáles eran sus gustos. Yo a todo esto respondía con la misma frase…

- ¿Quién era esa mujer?

Pero cada vez que respondía me apretaban más las cuerdas de las extremidades. Gritaba con la esperanza de que alguien me pudiera oír. En aquel momento vi un halo de luz procedente de la ventana...

(Iker Suárez Sosa, 1º ESO D).


Era mi madre que abría la ventana de mi habitación invitándome a levantarme de la cama como todas las rutinarias mañanas. ¡Qué espantosa pesadilla! Me había resultado tan real que el sudor empapaba las sábanas. Intenté incorporarme poco a poco. Mi madre, ajena a lo que me sucedía, repetía, como siempre, sus deseos de “buenos días… levántate, cariño… que se hace tarde… recoge tu cuarto…

(Montse López Cano, profesora de LCL)


Como buen niño me puse a recoger mi habitación: hice mi cama, recogí los zapatos, coloqué los libros en la estantería. Estuve 45 minutos recogiendo mi habitación desde la más mínima pelusa hasta el objeto más grande. Al terminar baje las escaleras para desayunar mi deliciosa tostadita y refrescante zumo, pero al bajarlas me di cuenta de algo extraño, me empezaba a doler la cabeza, veía borroso, el dolor iba en aumento y una voz me decía:

- “Ven a la Fosa, ven a la Fosa”

No sé por qué, pero ese nombre me sonaba de algo, como si lo hubiera soñado. El dolor se esfumó de golpe, lo veía todo claro. Mi madre me preguntó:

- ¿Estás bien?

- Sí, solo me duele un poco la cabeza.

Me comí mi tostada y me bebí mi zumo y cuando salí de casa camino al cole...

(Iker Suárez Sosa, 1º ESO D)


me acorde de aquella voz, lo deje pasar. Un amigo en clase me pregunto “¿Qué te pasa?”. No le dije nada y en clase le dije que a la salida me siguiera. Fuimos a aquel lugar donde estaba la voz. Grité: “hola, ¿hay alguien...?”

(Lara Cabrera de la Torre, 1º ESO D)


Nadie contestó. Vimos una mesa de ping-pong y para matar el aburrimiento jugamos unas partiditos. Me apalizó muy fuertemente (10 – 3). Nos reímos un rato hasta que escuchamos un golpe como si tiráramos la biblia al suelo. Mi amigo Lucas sacó el móvil y encendió la linterna. Fuimos al sitio del golpe, el ruido era una silla a la que se le había roto la pata trasera izquierda, tenía marcas de garras. Mi amigo y yo nos rendimos y volvimos a nuestras respectivas casas.

Llegó la noche y se escuchó un estruendo fuera de casa. Me asomé por la ventana y me sorprendí de lo que vi allí afuera. Había unos...

(Iker Suarez Sosa, 1º ESO D)


niños que decían: “ven a la Fosa, ven a la Fosa”. Yo estaba aterrorizado y sin pensarlo llamé a mi amigo para relajarme. Me fui a la cama. A la mañana siguiente mi amigo me dijo: “ven conmigo”. Le vi los ojos y le dije: “¿qué te pasa a ti? Me dijo que nada y sacó de su espalda un cuchillo e intentó matarme...

(Lara Cabrera de la Torre, 1º ESO D)


Pero cuando me fue a apuñalar, apareció un hombre de aproximadamente 1,87 m. y lo noqueó con un seco golpe en la espalda. Aturdido, me levanté y se lo agradecí, pues me había salvado la vida. Me presenté y me llevé una gran sorpresa: era Cristiano Ronaldo.

(Narel Pestana Pérez 2ºB)


- Hola - dijo-.

- Me conoces, ¿no?

- Sí, te conozco

Le invite a un café, cuando llegamos a la cafetería se quitó una máscara y resulto que no era él, sino que era Freddy Krueger. Salí corriendo y él me persiguió hasta mi casa. Mientras corría, me gritaba:

- ¡Ven a la fosa, ven!

No le grite y seguí corriendo. Mi mama me vio y me dijo: “¿Qué haces corriendo solo?”

- ¿Qué? ¿Cómo que solo? ¿No ves a Freddy Krueger? No me respondió...

(Lara Cabrera de la Torre, 1º ESO D)


Me di la vuelta y no había absolutamente nadie. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, pero no le di importancia y entré en casa.

Al día siguiente en el cole mi amigo no vino. La profe nos dijo que la madre anunció que su hijo se había perdido, lo cual me aterrorizó mucho. Después me aterrorice todavía más al darme cuenta de que la madre de mi amigo murió hace años...

(Iker Suárez Sosa, 1º ESO D)


Después de tantas preocupaciones, decidí relajarme. Era una tarde lluviosa, por lo que, al salir del colegio, fui directamente a mi casa, comí y, después de un rato, me puse a dibujar en mi cuarto…

(Sohaila Marín Torres, 2º ESO C)


Estaba dibujando con toda la tranquilidad del mundo, a la vez que recordaba los últimos acontecimientos y un sudor frío empezó a empapar mi piel. No podía respirar. Sentía el corazón tan acelerado que por momentos temí que atravesara mis costillas y saliera a la superficie, cuando...

Rinnnnnnnn Rinnnn Rinnnnn Rinnnn Rinnnnnnnnnn

Rinnnnnnnn Rinnnn Rinnnnn Rinnnn Rinnnnnnnnnn

Me había quedado dormido durante el examen. Las preguntas tipo test y la lluvia, golpeando suavemente contra la ventana, me habían adormecido y finalmente había caído en un profundo sueño y había tenido una horrible pesadilla.

El profesor, al ver el sobresalto que di al despertarme bruscamente, se dio cuenta de lo sucedido, vino hacia mí de un modo extrañamente siniestro, se acercó a mi oído y con una voz, apenas perceptible, me dijo: “ven, ven a la Fosa”.

(Helena Muñoz Alberola, profesora de Latín).


- ¡Corten! Bien, chicos, fantástico. Paramos para comer. Esta tarde rodamos la escena final.

El director de la nueva producción de Netflix sonrió. Estaba a punto de culminar su obra, su venganza quince años después de haber escapado de “La Fosa”.

(Christian Santana Hernández, profesor de inglés).


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